Las técnicas de orientación cognitivas conductuales, otra de mis 3 herramientas

La terapia cognitiva – conductual (TCC) es una de las formas de psicoterapia que se ha probado científicamente y se ha demostrado que es eficaz en cientos de ensayos clínicos para muchos trastornos diferentes.

A diferencia de otras formas de psicoterapia, la terapia cognitiva suele centrarse más en el presente, tiene una duración más limitada y está más orientada a la resolución de problemas a corto plazo.

La terapias cognitivas – conductuales se aplican actualmente a una variedad de problemas que incluyen ansiedad, depresión, trastorno obsesivo compulsivo (TOC), trastorno de estrés postraumático (TEPT), problemas de ira…

La Terapia Cognitiva Conductual TCC se basa en gran medida en la idea de que los pensamientos, emociones y acciones están conectados circularmente.

En otras palabras, la forma en que pensamos y sentimos acerca de algo puede afectar a nuestros actos, y estos a la forma de pensar y sentir.

Pero otro concepto clave de la TCC es que estos patrones de pensamiento y comportamiento se pueden cambiar.

Un nuevo concepto que vamos a utilizar es la conceptualización. ¿Qué significa?; Conjunto de recursos que utiliza una persona  desde los que se enfrenta a una situación y pone en marcha su conducta.

La Terapia Cognitiva Conductual TCC se basa en gran medida en la idea de que los pensamientos, emociones y acciones están conectados circularmente.

En otras palabras, la forma en que pensamos y sentimos acerca de algo puede afectar a nuestros actos, y estos a la forma de pensar y sentir.

Pero otro concepto clave de la TCC es que estos patrones de pensamiento y comportamiento se pueden cambiar.

Un nuevo concepto que vamos a utilizar es la conceptualización. ¿Qué significa?; Conjunto de recursos que utiliza una persona desde los que se enfrenta a una situación y pone en marcha su conducta.

Puesto que la terapia cognitivo-conductual está orientada a objetivos y está pensada para obtener resultados a corto plazo, la hoja de ruta del proceso será:

• Identificar los pensamientos espontáneos negativos que están afectando a tu vida.

• Discutirlos y sustituirlos aprendiendo habilidades que fomenten pensamientos más útiles y realistas.

Mi labor como terapeuta en este proceso es brindar las herramientas acordes a tu personalidad, para  aprender a desarrollar habilidades específicas que podrás usar el resto de tu vida.

Estas habilidades implican:

1-  Identificar pensamientos distorsionados

 

2-  Modificar creencias negativas

 

3-   Relacionarse con los demás de diferentes maneras

 

4-  Cambiar comportamientos improductivos

Es importante recordar que los terapeutas cognitivo-conductuales utilizamos una formulación diferente para cada trastorno psicológico.

Usamos esta formulación para conceptualizar a cada persona individualmente, es decir tu caso es único, tus sentimientos y tu historia son únicas.

– La exclusividad es un componente esencial para desarrollar una relación terapéutica sólida, establecer metas, planificar el tratamiento y seleccionar intervenciones.

– La confianza y empatía desde el primer contacto es otra de las claves. Sentirse cómodo/a nos permitirá esa comunicación abierta para compartir y colaborar juntos/as.

– Otra parte importante de cada sesión de terapia es ayudar a los pacientes a responder a ideas inexactas o inútiles. El objetivo es detectar esos mecanismos automáticos negativos.

–  Una vez que ayudamos a los pacientes a identificar su pensamiento disfuncional, les ayudamos a obtener perspectivas más adaptables y precisas, especialmente ayudándoles a examinar la validez y utilidad de sus pensamientos.

–  La puesta en práctica. También les ayudamos a diseñar experimentos de comportamiento para probar la precisión de sus predicciones.

No se necesita un diagnóstico médico para beneficiarse de la TCC.

Hacer uso de esta terapia nos ayudará a mejorar nuestro enfoque y la forma de afrontar las situaciones adversas.

Todos en algún momento de nuestras vidas podemos enfrentarnos a situaciones que nos superan:

• Un diagnóstico de salud grave, como cáncer por ejemplo
• Ansiedad
• Dolor crónico
• Depresión, duelo
• Trastornos de la alimentación
• Trastorno obsesivo compulsivo (TOC)
• Trastorno de estrés postraumático (PTSD)
• Dificultades en las relaciones
• Ruptura o divorcio
• Adicciones
• Problemas de ira
• Baja autoestima
• Insomnio y trastornos del sueño
• Estrés de la vida en general